En el marco de la intensa campaña del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra la inmigración ilegal, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, reveló este martes durante la séptima reunión de gabinete en la Casa Blanca que 1.6 millones de inmigrantes han regresado voluntariamente a sus países de origen, a pesar de haber estado en territorio estadounidense de manera irregular. Noem destacó que esta cifra refleja el impacto de las estrictas políticas migratorias implementadas desde el inicio del segundo mandato de Trump, subrayando un cambio significativo en la dinámica fronteriza.
La secretaria también afirmó un logro notable: “Llevamos tres meses seguidos sin que ningún inmigrante ilegal haya entrado a nuestro país”, refiriéndose a los meses de mayo, junio y julio de 2025. Esta declaración se alinea con las medidas de control fronterizo impulsadas por la administración, que incluyen operativos de deportación y campañas de disuasión, aunque han generado controversia. Organizaciones de derechos humanos y algunos políticos han calificado estas acciones, incluyendo detenciones masivas, como “inhumanas” y han solicitado su suspensión, argumentando que violan los derechos de los migrantes.
En un movimiento paralelo, Noem firmó una exención para acelerar la construcción de aproximadamente cinco millas de un nuevo muro fronterizo de casi 30 pies de altura en los condados de Starr e Hidalgo, dentro del Sector del Valle del Río Grande de la Patrulla Fronteriza en Texas. Esta iniciativa forma parte de la estrategia de Trump para reforzar la seguridad fronteriza, un pilar central de su agenda, que también incluye la reanudación de la construcción del muro iniciada en enero de 2025. Mientras las políticas migratorias se intensifican, el debate sobre su humanidad y efectividad continúa polarizando a la sociedad estadounidense.
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