Abraham Quintanilla, padre y mánager de la cantante Selena Quintanilla, murió a los 86 años, confirmó su hijo A.B. Quintanilla III el 13 de diciembre a través de redes sociales. Su fallecimiento no solo marca el cierre de una figura central en la historia del tex-mex, sino que también vuelve a colocar en la conversación pública las duras advertencias que realizó en vida sobre el futuro de Yolanda Saldívar, condenada por el asesinato de su hija en 1995.
Durante tres décadas, Abraham Quintanilla fue el principal guardián del legado artístico y personal de Selena, así como una voz firme en la exigencia de justicia. Su muerte ocurre en un momento en el que el caso volvió a generar controversia, luego de que Saldívar reapareciera mediáticamente a través de un documental televisivo y ante la posibilidad, aún lejana, de una eventual revisión de su situación legal.
Quintanilla, también músico, fue el creador de la agrupación familiar ‘Selena y Los Dinos’, integrada además por sus hijos A.B. y Suzette. Bajo su dirección, la banda alcanzó un éxito notable a finales de la década de 1980 y principios de los noventa, hasta convertir a Selena en una de las artistas latinas más influyentes de su generación. Tras el asesinato de la cantante, ocurrido el 31 de marzo de 1995 en Corpus Christi, Texas, Abraham asumió un papel público permanente en la defensa de la memoria de su hija.
Las advertencias sobre Yolanda Saldívar
En entrevistas concedidas en años recientes, Abraham Quintanilla sostuvo que Yolanda Saldívar correría un grave riesgo si llegara a salir de prisión. En una conversación difundida en 2018 por el programa Primer Impacto, advirtió que la mujer condenada a cadena perpetua estaría más segura dentro del sistema penitenciario que en libertad.
Posteriormente, en declaraciones al periodista Tony Dandrades, Quintanilla fue más explícito al señalar que Saldívar permanecía aislada dentro de la prisión Mountain View, en Gatesville, Texas, precisamente para evitar agresiones. Afirmó que, incluso dentro del penal, no se le permitía convivir con la población general porque existía el riesgo de que fuera atacada.
“Ella está en un lugar más seguro ahí. Si la sueltan y vuelve a las ciudades, con la forma en que está el mundo, la pueden matar”, expresó entonces. Para Quintanilla, la liberación de Saldívar no representaría ningún alivio ni cierre para su familia, al insistir en que “nada va a regresar” a su hija.
Estas declaraciones cobraron nueva relevancia tras el estreno, en febrero de 2024, del documental Selena & Yolanda: The Secrets Between Them, transmitido por el canal Oxygen. En esa producción, Saldívar reiteró que el disparo que mató a Selena fue accidental y negó haber tenido la intención de hacerle daño, versiones que Abraham Quintanilla calificó públicamente como falsas antes del estreno.
Un legado marcado por la música y la tragedia
Además de su papel como padre y representante, Abraham Quintanilla fue productor ejecutivo de la película biográfica Selena (1997), donde fue interpretado por Edward James Olmos, mientras que Jennifer Lopez dio vida a la cantante. Años más tarde, su figura volvió a ser retratada por Ricardo Chavira en la serie de Netflix Selena: La serie.
La muerte de Quintanilla fue confirmada sin que se dieran a conocer las causas. Desde 1995, su vida pública estuvo inevitablemente ligada a la pérdida de su hija y a la defensa de su legado artístico, cultural y familiar. Para muchos seguidores, su fallecimiento representa el cierre de una etapa clave en la historia que rodea a Selena Quintanilla.
Con su partida, permanecen vigentes tanto la influencia de Selena en la música latina como las interrogantes y tensiones que aún rodean el caso de Yolanda Saldívar, un episodio que sigue generando debate a casi 30 años del crimen.
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