más

    ‘Generación Z’ vuelve a marchar en la CDMX con menor convocatoria y sin incidentes

    Un contingente estimado en alrededor de 300 personas, identificado como el movimiento autodenominado ‘Generación Z’, volvió a manifestarse este domingo en la Ciudad de México para exigir atención a la violencia y a la crisis de personas desaparecidas, aunque con una convocatoria visiblemente menor a la registrada hace un mes, cuando una movilización similar terminó en disturbios frente a Palacio Nacional. La marcha transcurrió sin enfrentamientos y concluyó en el Zócalo capitalino, en un contexto de creciente desgaste del movimiento y de cuestionamientos sobre su capacidad de convocatoria real más allá del discurso en redes sociales.

    La movilización, denominada ‘Marcha del Silencio por la Paz’, partió del Ángel de la Independencia y avanzó por Paseo de la Reforma hasta el Zócalo. Se trató de la tercera protesta convocada por este grupo en el último mes, luego del asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, ocurrido el 1 de noviembre, crimen que detonó una serie de manifestaciones con mensajes de hartazgo frente a la violencia que persiste en el país.

    Durante el recorrido, los asistentes corearon consignas como “Carlos Manzo vive, la lucha sigue”, al tiempo que portaban pancartas con mensajes dirigidos contra el gobierno federal y los partidos en el poder. Entre las frases más visibles se leían expresiones como “Los jóvenes somos el presente. Muera el mal gobierno” y otras de tono provocador dirigidas a actores políticos nacionales e internacionales, lo que volvió a colocar al movimiento en el centro de la polémica por el contenido y la intención de sus mensajes.

    Una marcha sin choques, pero también sin masa crítica

    A diferencia de la protesta realizada el 15 de noviembre, que derivó en actos vandálicos y enfrentamientos en el Zócalo, la movilización de este domingo se desarrolló sin incidentes. Elementos de seguridad acompañaron el trayecto, mientras que los manifestantes mantuvieron un desplazamiento ordenado hasta su llegada a la plancha central de la capital.

    Antes de ingresar al Zócalo, el contingente realizó una parada a la altura del Palacio de Bellas Artes, donde se dio lectura a un pronunciamiento colectivo. En él, uno de los voceros criticó la falta de respuestas institucionales frente a la violencia cotidiana y la crisis de desapariciones, que, de acuerdo con cifras oficiales, supera ya los 130 mil casos en todo el país.

    “El problema no es nuevo y tampoco se ha resuelto. Cambian los gobiernos, pero la violencia sigue ahí”, señaló el joven durante la lectura del documento, en un mensaje que buscó deslindarse de afiliaciones partidistas, aunque varios de los carteles exhibidos durante la marcha apuntaban directamente contra el actual bloque gobernante.

    Redes sociales versus realidad en las calles

    Los propios organizadores reconocieron que la asistencia fue menor en comparación con la movilización realizada un mes atrás. No obstante, insistieron en que el movimiento mantiene fuerza en plataformas digitales. “Tal vez hoy no somos miles aquí, pero en redes sociales somos muchos más”, afirmó uno de los participantes, una frase que resume la brecha entre el impacto virtual y la capacidad de movilización en el espacio público.

    Este contraste ha alimentado críticas sobre la consistencia del movimiento, que ha tenido dificultades para sostener convocatorias amplias y homogéneas. Mientras algunos participantes enfatizan que el objetivo principal es mantener viva la memoria de las víctimas, otros observadores señalan que la dispersión de mensajes y la carga política de ciertas consignas han restado legitimidad a la causa.

    Violencia como eje, política como telón de fondo

    Aunque la protesta se presentó como un llamado ciudadano contra la violencia, el contexto político fue inevitable. En varias pancartas se lanzaron mensajes explícitos contra el gobierno federal y referencias a actores internacionales, lo que volvió a generar debate sobre si el movimiento responde a una causa social genuina o si ha sido absorbido por la confrontación política.

    Los manifestantes insistieron en que su motivación central es exigir justicia para las víctimas y visibilizar una crisis que, aseguran, no ha sido atendida de manera efectiva pese a los cambios de administración desde 2018. Sin embargo, la menor convocatoria y la repetición de consignas similares a las de marchas previas evidencian un desgaste temprano del movimiento.

    Al finalizar la jornada, los organizadores adelantaron que continuarán con acciones de protesta y actividades de concientización, aunque no precisaron fechas ni formatos. Por ahora, la ‘Generación Z’ volvió a las calles de la capital sin choques, pero también sin la fuerza numérica que había prometido.

    También te puede interesar: Exalcaldesa de Amanalco, culpable por homicidio del síndico y su chofer

     

    Artículos relacionados