Más de 44 mil personas alrededor del mundo convirtieron un acto individual de valentía en un gesto colectivo de respaldo. Ahmed al Ahmed, ciudadano australiano de origen sirio, recibió un cheque por 2.5 millones de dólares australianos —equivalentes a unos 1.65 millones de dólares estadounidenses— tras haber desarmado a uno de los terroristas responsables del atentado ocurrido en la playa de Bondi, en Sídney, durante una celebración judía de Janucá. El dinero fue recaudado mediante una colecta en línea mientras el hombre permanece hospitalizado por heridas de bala.
El ataque ocurrió el domingo pasado en una de las playas más concurridas de Australia. Dos hombres armados abrieron fuego contra personas que celebraban la festividad judía, dejando al menos 16 muertos y decenas de heridos. Entre las víctimas se encuentran una niña de 10 años, un sobreviviente del Holocausto y uno de los propios atacantes, quien fue abatido tras ser desarmado.
Ahmed al Ahmed, padre de dos hijos y propietario de una frutería, se encontraba en la zona cuando comenzó el tiroteo. De acuerdo con los testimonios y videos difundidos en redes sociales, el hombre se ocultó detrás de vehículos estacionados y, en un momento crítico, se lanzó por la espalda contra uno de los agresores. Tras un forcejeo, logró arrebatarle el rifle y derribarlo. Segundos después, fue herido de bala por un segundo atacante.
Un acto individual que salvó vidas en medio del caos
El gesto de Ahmed fue decisivo para evitar un número mayor de víctimas. Aunque recibió al menos dos impactos de bala, su intervención permitió neutralizar a uno de los agresores en pleno ataque. Actualmente se recupera en el hospital St. George, al sur de Sídney, donde fue sometido a una cirugía de emergencia.
Desde su camilla, el llamado “héroe de Bondi” recibió un cheque simbólico de gran tamaño entregado por Zachery Dereniowski, influencer y coorganizador de la colecta realizada a través de la plataforma GoFundMe. El momento fue grabado en video y difundido ampliamente. “¿Me lo merezco?”, preguntó Ahmed visiblemente emocionado al recibir el apoyo económico.
La campaña fue impulsada pocos días después del atentado y superó rápidamente cualquier expectativa. Los organizadores destacaron que las donaciones provinieron de unas 44 mil personas, muchas de ellas motivadas por la rapidez y el riesgo personal asumido por Ahmed al intervenir sin ningún tipo de protección.
Los responsables de la recaudación señalaron que el dinero busca apoyar la recuperación médica del herido, garantizar estabilidad económica a su familia y reconocer un acto que calificaron como “instintivo, desinteresado e innegablemente heroico”. Subrayaron que Ahmed actuó sin considerar su propia seguridad, priorizando la vida de desconocidos.
Contexto del atentado y reconocimiento oficial
Las autoridades australianas confirmaron que el ataque fue perpetrado por un padre y su hijo, identificados como Sajid Akram, de 50 años, y Naveed Akram, de 24. El primer ministro Anthony Albanese vinculó el atentado con la ideología del Estado Islámico y lo calificó como un acto terrorista dirigido contra la comunidad judía.
Una pareja, Boris y Sofia Gurman, también intentó detener a los agresores y murió en el intento, según confirmaron las autoridades. Albanese destacó públicamente la valentía de las víctimas que enfrentaron a los atacantes y visitó personalmente a Ahmed al Ahmed en el hospital, a quien describió como “un verdadero héroe australiano”.
El atentado de Bondi reavivó el debate sobre la seguridad pública, el extremismo violento y la convivencia religiosa en Australia. Al mismo tiempo, el caso de Ahmed al Ahmed se convirtió en un símbolo de solidaridad transversal, al tratarse de un musulmán que arriesgó su vida para proteger a personas de fe judía.
Diversos líderes comunitarios subrayaron que el gesto rompe narrativas de odio y refuerza la idea de que la violencia extremista no representa a comunidades enteras. Para muchos, el apoyo masivo a la colecta refleja un rechazo social amplio al terrorismo y un reconocimiento claro a la valentía civil.
Mientras continúa su recuperación, Ahmed permanece bajo observación médica y no ha dado entrevistas extensas. Sin embargo, su historia ya dejó una huella profunda en la opinión pública australiana y más allá de sus fronteras.
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