Entre 2018 y 2024, México registró un avance notable en la ampliación de su clase media y la disminución de la pobreza, según datos del Banco Mundial y del Gobierno federal. Durante este periodo, el segmento medio pasó del 27.2 % al 39.6 % de la población, mientras que la pobreza se redujo del 35.3 % al 21.7 %, cifras que coinciden con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta tendencia positiva, según las autoridades, se atribuye principalmente a la implementación de programas sociales y transferencias directas que, entre 2018 y 2025, suman una inversión de más de 1.5 billones de pesos (unos 83,424 millones de dólares).
Jesús Ramírez, coordinador de asesores de la Presidencia, detalló que más de 13 millones de personas dejaron de ser consideradas pobres y alrededor de 12 millones se incorporaron a la clase media durante este periodo. La estrategia se centró en priorizar a quienes perciben ingresos bajos, ofreciendo apoyos que buscan mejorar el consumo, la salud y la educación, además de impulsar oportunidades de movilidad social.
La definición del Banco Mundial considera clase media a quienes perciben más de 17 dólares diarios, aproximadamente 340 pesos, mientras que sitúa en pobreza a quienes ganan cerca de 9.22 dólares diarios (unos 166 pesos). Con base en estos criterios, los programas sociales implementados permitieron que un número significativo de hogares ascendiera en la escala de ingresos, con impactos visibles en el bienestar y la capacidad de consumo.
Programas de bienestar y aumentos salariales impulsan la movilidad social
Entre los programas con mayor efecto, la Pensión de Adultos Mayores pasó de 1,160 pesos bimestrales (64 dólares) en 2018 a 6,200 pesos (344 dólares) en diciembre de 2025. De forma paralela, se han incrementado apoyos como becas educativas, subsidios para la vivienda y transferencias a familias en situación vulnerable, mientras que la política de aumento del salario mínimo ha reforzado la capacidad adquisitiva de millones de trabajadores formales.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el gasto anual en programas de bienestar se incrementará de 845,000 millones de pesos (46,944 millones de dólares) a un billón de pesos (55,556 millones de dólares) en 2026. Este aumento incluye tanto la ampliación de programas existentes como la introducción de nuevos apoyos, como Pensión Mujeres Bienestar y Salud Casa por Casa, destinados a garantizar cobertura integral en salud, alimentación y protección social.
El análisis de expertos señala que estas medidas, combinadas con la política de aumentos salariales, explican la consolidación de la clase media, aunque advierten que el desafío consiste en asegurar que el crecimiento sea sostenible y no solo coyuntural. En comparación con otros países de América Latina, México y Brasil lideran la expansión de la clase media, mientras que otros territorios presentan tasas más bajas debido a estructuras económicas menos sólidas y a menor cobertura de programas sociales.
La estrategia gubernamental busca reducir de manera sostenida la pobreza mientras se amplía el segmento medio, fortaleciendo la equidad y la movilidad social. Esto incluye políticas focalizadas para familias de bajos ingresos, inversión en educación y salud, y un acompañamiento financiero que permita a los hogares elevar su nivel de vida.
El impacto de estas medidas también se refleja en la economía local, ya que la clase media representa un mayor poder de consumo, lo que dinamiza mercados y genera oportunidades de empleo, fortaleciendo a su vez la recaudación fiscal y la estabilidad económica. Así, el Gobierno federal plantea que la combinación de programas sociales, aumentos salariales y políticas de inclusión contribuirá a consolidar un México con menos pobreza y una clase media más robusta y estable.
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