En un momento de pura adrenalina bajo las luces del Allegiant Stadium, Cam Little, pateador de los Jacksonville Jaguars, grabó su nombre en los libros de historia de la NFL con un gol de campo de 68 yardas, el más largo jamás convertido en un partido oficial. Con solo cuatro segundos en el reloj al final de la primera mitad contra los Las Vegas Raiders –y el marcador en contra 0-6–, Little recibió el snap desde la yarda 42, cargó su pierna derecha y envió el ovoide volando por el centro, sobrado por al menos dos yardas. El estadio enmudeció, y sus compañeros lo arrollaron en una celebración caótica: los Jaguars ganaron 30-29 en overtime, con Little sellando la victoria en tiempo regular con un de 48 yardas.
El joven de 22 años, seleccionado en la sexta ronda del Draft 2024 por Jacksonville, superó la marca de Justin Tucker (Ravens) de 66 yardas, establecida en septiembre de 2021 contra los Lions.
«Lo pegué lo más fuerte que pude; Logan [Cooke, holder] y yo lo sabíamos», declaró Little post-partido, aún eufórico.
Esta proeza no fue suerte: en pretemporada, Little ya había clavado uno de 70 yardas contra Pittsburgh, el más largo en cualquier juego organizado, pero no contaba para récords oficiales.
El momento épico
Imagina el escenario: los Jaguars, en una temporada irregular (3-5 antes del juego), luchan por momentum. Trevor Lawrence completa un pase corto y clava el balón para detener el reloj. El entrenador Doug Pederson, sin dudar, envía al equipo especial. Desde la yarda 42, Little –con un viento cruzado de 5 mph– ajusta su stance, recibe el centro impecable de el centro y explota el balón con una potencia que, según analistas de ESPN, pudo haberlo llevado a 72 yardas sin la malla. El balón cruza recto, y el estadio rival –hogar de los Raiders– estalla en murmullos.
«Es el tipo de tiro que cambia juegos», tuiteó el analista Adam Schefter, con 1.2 millones de vistas.
No fue improvisado. Little, de Arkansas, donde atinó 84% de sus intentos (récord universitario), entrenó con el legendario Tom Murphy. Su técnica: un drop punt preciso y un follow-through que maximiza distancia. «En pretemporada lo vi de 70; esto era inevitable», comentó el coach Doug Pederson, quien ignoró el riesgo pese a tres misses previos de Little en 50+ yardas esta temporada.
Rompiendo barreras
Little, el pateador más joven draftado en la NFL (a los 20), hereda una era de «renacimiento en patadas largas». La regla «K-ball» de 2025 –balones rotos para kickers– ha elevado la precisión en 50+ yardas al 85%, según NFL Next Gen Stats. Tucker, su predecesor, lo felicitó en X: «Bienvenido al club, kid. Ahora apunta a 70».
Este tiro no solo empató el medio tiempo (3-6), sino que impulsó un comeback: Jacksonville anotó 27 puntos seguidos. En overtime, Little falló un XP, pero su 48-yarder forzó la prórroga, donde Lawrence corrió para la victoria. «Ese 68 nos dio alas», dijo el RB Travis Etienne, con 115 yardas.
En una liga donde los kickers son héroes silenciosos, Little –con raíces en Carolina del Norte y un brazo que ya apunta a 70 en regular– redefine límites. «Es solo el comienzo», prometió.
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