La primera parada de la gira de Lionel Messi por India terminó en caos y disturbios, luego de que aficionados inconformes invadieran el terreno de juego, lanzaran objetos y arrancaran asientos del estadio Salt Lake, en la ciudad de Calcuta. El evento, que contaba con boletaje pagado y una expectativa masiva, se vio abruptamente interrumpido tras una breve aparición del futbolista argentino, lo que desató la furia de los asistentes.
De acuerdo con autoridades locales, Messi tenía programada una presencia de aproximadamente 45 minutos en el recinto; sin embargo, permaneció apenas 20 minutos antes de retirarse por razones de seguridad. La reacción del público fue inmediata. Varias personas treparon las vallas de protección y comenzaron a arrojar asientos y otros objetos hacia el campo, obligando a la intervención policial.
El director general de la policía de Bengala Occidental, Rajeev Kumar, confirmó la detención de Satadru Dutta, principal organizador del evento, a quien se responsabiliza por la mala planeación y las fallas de seguridad que derivaron en los disturbios. Según las autoridades, el organizador se comprometió por escrito a reembolsar el costo de las entradas vendidas.
Las entradas para el evento tenían un precio aproximado de 3,500 rupias, equivalentes a unos 38 dólares, cifra que representa más de la mitad del ingreso semanal promedio en India. Algunos asistentes aseguraron haber pagado hasta 130 dólares por la oportunidad de ver a Messi, lo que incrementó el enojo colectivo tras la breve aparición del jugador.
Aficionados denuncian mala organización y falta de seguridad
Testimonios de asistentes describen una experiencia marcada por la desorganización. Eddie Lal Hmangaihzuala, quien viajó cerca de 1,500 kilómetros desde el estado de Mizoram durante dos días, expresó su frustración por lo ocurrido. Señaló que Messi abandonó el estadio rápidamente y que la sensación general era de inseguridad.
La policía aseguró que se están tomando medidas para que los responsables enfrenten consecuencias legales. Las autoridades subrayaron que no se tolerarán este tipo de fallas en eventos de gran escala, especialmente cuando involucran figuras internacionales y miles de asistentes.
Messi se encuentra en India como parte de una gira que incluye conciertos, clínicas de futbol para jóvenes, un torneo de pádel y la presentación de iniciativas benéficas. Además de Calcuta, tiene actividades previstas en Hyderabad, Bombay y Nueva Delhi, aunque el incidente ha generado dudas sobre las condiciones de seguridad y organización del resto de los eventos.
La ministra principal de Bengala Occidental, Mamata Banerjee, ofreció disculpas públicas al futbolista argentino y a los aficionados. En un mensaje difundido en redes sociales, expresó su consternación por lo ocurrido y ordenó la conformación de un comité especial para investigar los hechos, deslindar responsabilidades y proponer medidas preventivas.
Banerjee afirmó que el incidente representa una falla grave en la gestión del evento y aseguró que se adoptarán acciones para evitar que situaciones similares se repitan. La funcionaria se dirigía al estadio cuando estallaron los disturbios.
Antecedentes de violencia en el estadio Salt Lake
El estadio Salt Lake, uno de los más grandes de India, ha sido escenario de incidentes previos relacionados con disturbios entre aficionados. En 2012, un derbi de Calcuta entre el East Bengal y el Mohun Bagan tuvo que ser suspendido luego de que un ladrillo lanzado desde las gradas impactara gravemente a un jugador.
A pesar de estos antecedentes, el recinto sigue siendo un punto emblemático para el futbol en un país donde el críquet domina el panorama deportivo. Estados como Bengala Occidental, Kerala y Goa mantienen una afición histórica al futbol, lo que explica la enorme expectativa generada por la visita de Messi.
El astro argentino ya había jugado en el estadio Salt Lake en 2011, cuando capitaneó a la selección de Argentina en un amistoso ante Venezuela. Más temprano el mismo sábado, Messi inauguró de manera virtual una estatua de gran tamaño en su honor en Calcuta, acto que contrastó con el caos vivido horas después.
El incidente dejó en evidencia los riesgos de una organización deficiente en eventos multitudinarios y puso bajo escrutinio la capacidad logística de los promotores locales para albergar figuras deportivas de talla mundial.
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