El fútbol chileno vivió un momento de puro dramatismo cuando el histórico exportero Patricio «Pato» Toledo, de 63 años, sufrió un infarto agudo al miocardio en el minuto 11 de su partido de homenaje «Adiós Capitanes», disputado en el Claro Arena. El guardameta de la Universidad Católica se desplomó en el área chica, hincándose antes de desvanecerse, lo que paralizó el estadio. Jugadores y staff actuaron con rapidez, aplicando RCP en el césped hasta que una ambulancia lo evacuó a la Clínica Universidad de los Andes. Gerardo Reinoso, su compañero de antaño, es aclamado como el «héroe» que le salvó la vida con respiración boca a boca.
El evento, un amistoso para despedir a excapitanes como Cristián Álvarez, José Pedro Fuenzalida y Milovan Mirosevic, reunía a unos 20.000 hinchas cruzados en una fiesta nostálgica. Toledo, ídolo de la UC con seis títulos nacionales y subcampeón de la Libertadores 1993, jugaba con leyendas cuando el infarto irrumpió.
«Es una situación tremendamente grave, con un paro cardiorrespiratorio», alertó inicialmente el médico Jaime Herrada.
La tensión se palpaba: el estadio enmudeció, y por altavoces pidieron calma mientras el equipo médico luchaba por estabilizarlo.
Un héroe en el césped: Reinoso y la rápida reacción
Gerardo «La Vieja» Reinoso, exdelantero de la UC, tomó el control. «Le hice respiración boca a boca», relató dramáticamente en redes, donde videos virales lo muestran arrodillado junto a Toledo, alternando con paramédicos. El club activó protocolos de emergencia en segundos, gracias a la preparación del Claro Arena. Tras minutos de sudor frío, el parte médico llegó: «Reanimado exitosamente, estable, consciente y hablando en urgencias», anunció Jaime Marchant, gerente de comunicaciones de la UC. La hinchada estalló en «¡Olé, olé, olé, Pato, Pato!», un cántico que transformó el pánico en esperanza.
Toledo, quien debutó en 1982 con la UC y defendió la Roja en los 90, fue sometido a una angioplastia para desobstruir una arteria coronaria bloqueada por un coágulo. El director médico Francisco Espinoza detalló: «Ingresó en muerte súbita recuperada, grave pero con recursos para resolverlo». Jugadores decidieron reanudar el partido en su honor, convirtiendo el susto en tributo.
Estable pero grave: El corazón del fútbol late fuerte
Al día siguiente, la UC actualizó: Toledo permanece «estable dentro de su condición de gravedad», despierto y con familia. «Gracias a la rápida acción de los equipos médicos», agradeció el club en redes, donde fans inundan con mensajes de apoyo. El presidente Gabriel Boric, testigo presencial, lo llamó «espeluznante» pero celebró la intervención oportuna.
Este infarto no es solo un susto personal; resuena en un deporte donde exjugadores enfrentan riesgos cardíacos post-retiro. Toledo, parte del equipo ideal de América en 1991, simboliza la resiliencia cruzada. Su recuperación, aún en las primeras 72 horas críticas, inspira: el fútbol chileno, unido, late por el «Pato». ¡Fuerza, capitán!
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