En una llamada telefónica sostenida el pasado jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum y su homólogo estadounidense Donald Trump acordaron una prórroga de 90 días para que entren en vigor los aranceles generales del 30 % a productos mexicanos. Esto significa que el plazo para alcanzar un nuevo acuerdo bilateral vencerá el próximo jueves 30 de octubre. Mientras tanto, los productos que no estén protegidos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continuarán sujetos a las tarifas vigentes, algunas de ellas muy elevadas.
Durante la conferencia matutina, Sheinbaum detalló que, si bien se evitó la aplicación de nuevos aranceles, no hubo reducción de los ya existentes. Productos clave como el jitomate mexicano enfrentan un 17.09 % de arancel. Además, se mantiene un 25 % sobre productos no incluidos en el T-MEC, así como sobre automóviles y autopartes que no cumplen con las normas del tratado. El acero, el aluminio y el cobre están sujetos a un impuesto del 50 %.
La mandataria consideró que la extensión del plazo representa «el mejor acuerdo posible, incluso comparado con lo que han conseguido otras naciones en días recientes». Además, destacó que más del 80 % de las exportaciones mexicanas tienen como destino EE. UU., lo que hace urgente alcanzar un pacto comercial definitivo con la administración Trump.
Seguridad y respeto mutuo, puntos clave en la negociación
Sheinbaum aseguró que uno de los pilares para avanzar en las conversaciones ha sido el respeto mutuo. «Hay que decirlo: el presidente Trump nos trata con respeto en todas las llamadas que hemos tenido. Podemos no estar de acuerdo, pero el trato es respetuoso», afirmó.
Según la presidenta, el gobierno estadounidense reconoce a México como su principal socio comercial y valora los avances mexicanos en materia de seguridad. Indicó que el acuerdo en esta área está prácticamente cerrado, basado en principios como la soberanía, la integridad territorial, la confianza recíproca y la cooperación sin subordinación.
T-MEC, escudo frente a las medidas más severas
La mandataria reiteró que los productos amparados por el T-MEC no están sujetos a estos aranceles, lo que resalta la importancia de mantener y fortalecer ese acuerdo. Sin embargo, reconoció que no se logró incluir en la negociación ninguna de las propuestas mexicanas dirigidas a reducir el déficit comercial que preocupa a Washington.
«Quedamos igual. No hubo nuevos incrementos, pero tampoco avances en los puntos que propusimos nosotros», afirmó. Aun así, consideró que se trató de un éxito diplomático y económico: «Ha funcionado nuestra estrategia de cabeza fría, temple y defensa firme de nuestros principios».
El reloj corre: sólo tres meses para cerrar un nuevo acuerdo
La prórroga de 90 días representa una oportunidad y un riesgo. Mientras se evita una escalada inmediata en las tarifas, también se reduce el margen de maniobra. Expertos en comercio exterior advierten que el gobierno mexicano deberá presentar propuestas más convincentes si desea blindar todas sus exportaciones antes del 30 de octubre.
Trump, por su parte, ha reiterado su postura proteccionista, lo que complica las expectativas de una negociación sencilla. Aunque no se exigieron concesiones adicionales a México por ahora, la presión seguirá aumentando conforme se acerque el plazo.
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