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    El peso cede terreno: pierde 34 centavos en una semana dominada por la tensión comercial

    La moneda mexicana cerró la primera semana de agosto con una pérdida acumulada de 34 centavos frente al dólar, influenciada por la tensión comercial con EE. UU., los movimientos del mercado laboral estadounidense y un entorno financiero internacional marcado por la incertidumbre. Aunque en la sesión del viernes 1 de agosto el tipo de cambio se moderó ligeramente —al cerrar en 18.86 unidades por dólar, con una depreciación marginal de 2 centavos—, el golpe al peso ya estaba dado.

    El retroceso semanal del 1.84% se atribuye a dos factores principales: el resurgimiento del dólar como activo refugio y las crecientes fricciones comerciales derivadas de nuevos aranceles anunciados por la administración de Donald Trump.

    La imposición de un arancel del 39% a los relojes suizos no solo irritó a Europa, sino que sembró dudas sobre la política comercial con otros países, incluida México, en plena revisión del T-MEC.

    Según James Salazar, subdirector de análisis económico en CI Banco, «el repunte del dólar era previsible. Está barato en términos relativos y, cuando hay ruido comercial, el mercado corre a refugiarse. México quedó en medio de esa dinámica, con un golpe directo a su moneda».

    Impacto diferenciado en monedas globales

    Durante la semana, el índice dólar (DXY) ganó fuerza y se ubicó en 98.66 unidades, a pesar de una caída marginal de 1.30% al cierre del viernes. Por su parte, el índice de Bloomberg (BBDXY) retrocedió 0.88% hasta las 1,210.90 unidades. Aun así, el dólar mantuvo un comportamiento sólido frente a una canasta de divisas emergentes, incluido el peso mexicano.

    Otros factores que influyeron en el debilitamiento del peso fueron los datos del empleo en EE. UU. correspondientes a julio. El reporte reveló la creación de solo 77 mil plazas, cifra muy por debajo de las expectativas, lo que sacudió los mercados de valores. El Nasdaq cayó más de 2%, arrastrando también a las bolsas latinoamericanas.

    Este «enfriamiento» en la generación de empleos aumentó las probabilidades de que la Reserva Federal recorte su tasa de referencia en su próxima reunión de septiembre. Esta expectativa movió también los rendimientos de los bonos soberanos: en EE. UU., el bono a 10 años cerró con un rendimiento de 4.33%, mientras que el bono mexicano a 10 años se mantuvo en 9.44%.

    Mientras el peso sufría, otras monedas emergentes lograron avances. El forínt húngaro se apreció 1.86%, el lei rumano 1.61%, el zloty polaco 1.57% y el peso colombiano 1.41%. Este contraste evidencia la vulnerabilidad particular de México ante los factores geopolíticos y la elevada exposición comercial a EE. UU.

    En ventanillas bancarias, el dólar se vendió este viernes a 19.31 pesos y se compró en 18.26, según datos de Banamex.

    La administración de Claudia Sheinbaum no se ha pronunciado oficialmente sobre los recientes movimientos del tipo de cambio, pero funcionarios del Banco de México han reiterado que el país cuenta con fundamentos sólidos y reservas internacionales suficientes para hacer frente a escenarios volátiles.

    Sin embargo, las tensiones con Washington y el discurso agresivo de Trump —quien incluso pidió a los gobernadores de la Fed rebelarse contra Jerome Powell para forzar una baja de tasas— generan preocupación. Si la presión arancelaria continúa, el peso podría prolongar su racha negativa.

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