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    Netflix cae del trono en México: pierde más de la mitad del mercado por precios y restricciones

    Netflix, pionera del streaming y antes líder indiscutible en México, atraviesa su peor momento en una década. En solo cinco años, la plataforma perdió el 52.6% de su participación en el mercado nacional. De dominar con un 74.6% en 2020, hoy apenas conserva el 22%, según datos de la firma JustWatch.

    Esta caída libre tiene nombre y apellido: precios elevados, restricciones impopulares y un ecosistema de contenidos cada vez más fragmentado. A diferencia de otras plataformas, Netflix cobra 329 pesos mensuales por su plan Premium, mientras Max ofrece contenido similar por solo 199 pesos. A esto se suma la eliminación del uso compartido de cuentas, una medida que aún no aplican rivales como Prime Video.

    «Netflix priorizó finanzas sólidas sobre la experiencia del usuario», resume Radamés Camargo, analista de The Ciu. El resultado: los suscriptores se han volcado hacia opciones más baratas, más flexibles o con catálogos más atractivos.

    El contenido ya no es exclusivo, y eso cuesta

    Hasta hace unos años, Netflix concentraba algunas de las series y películas más vistas del mundo. Pero el paisaje cambió radicalmente. Hoy, franquicias como Marvel, Star Wars, Harry Potter o Juego de Tronos se reparten entre Disney+, Max, ViX y Amazon. La llamada «guerra del streaming» no solo fragmentó el catálogo, sino también a la audiencia.

    Un estudio de la firma Bango revela que los consumidores mexicanos están dispuestos a gastar en promedio 764 pesos al mes, pero en múltiples plataformas, no solo en Netflix. Es decir, pagar esa misma cantidad solo por una suscripción ya no tiene sentido.

    Aunque la compañía sigue liderando a nivel global con más de 300 millones de suscriptores, en el mercado mexicano su dominio es cosa del pasado. Netflix se enfrenta ahora a un ecosistema en el que el contenido es el rey… y el precio, la reina.

    ¿Qué puede hacer Netflix para recuperar el terreno perdido?

    Expertos coinciden en que la plataforma necesita ajustes urgentes. Primero, reconsiderar su estrategia de precios. Planes más accesibles, descuentos o promociones podrían frenar la fuga de usuarios. Segundo, recuperar la exclusividad con contenidos locales relevantes. Ejemplos como La Casa de las Flores o Luis Miguel, la serie demuestran el poder del contenido regional.

    También se sugiere formar alianzas con empresas de telecomunicaciones, como hace Disney+ con Telcel, para integrar suscripciones en paquetes móviles o de internet. Otra opción es abrazar el modelo del «súper bundling», combinando servicios para ofrecer mayor valor por menos precio.

    El problema es que, mientras Netflix rediseña su estrategia, la competencia avanza rápido. En deportes, Fox Sports y ViX ganan terreno. En franquicias, Disney+ y Max dominan. Y en precio, Prime Video y servicios gratuitos como Pluto TV ganan usuarios todos los días.

    Lo que fue una ventaja estructural ahora se volvió debilidad. En un entorno donde cada peso cuenta y cada suscriptor es disputado a pulso, Netflix ya no es el emperador del streaming: es solo uno más en el campo de batalla.

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