La industria automotriz mexicana experimentó una ligera pero significativa contracción en julio de 2025, arrastrada por la incertidumbre económica nacional y los aranceles que mantiene el gobierno de EE. UU. sobre autos y autopartes fabricadas fuera de su territorio. Según datos oficiales del INEGI, la venta de autos nuevos cayó 0.6 por ciento en el mes, y acumuló un retroceso del 0.3 por ciento en el periodo enero-julio, en comparación con 2024.
En términos absolutos, se comercializaron 124 mil 480 unidades en julio, por debajo de las cifras alcanzadas en los cuatro años previos para ese mismo mes. “El mercado automotor mexicano se encuentra en una fase de desaceleración que estimamos se mantenga en lo que resta del 2025”, señaló Guillermo Rosales, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
La industria vive una etapa de estancamiento, a pesar de haber logrado avances tras el impacto de la pandemia. El contexto internacional, particularmente la política comercial del expresidente Donald Trump —quien aún influye en la política arancelaria del Congreso de EE. UU.— ha encendido las alertas del sector.
Aranceles de Trump siguen afectando exportaciones mexicanas
Uno de los principales factores que han mermado las ventas internas y exportaciones es el arancel del 25 por ciento que EE. UU. impone a vehículos cuyo contenido no provenga totalmente del país o de la región del T-MEC. Esta medida, promovida por Trump durante su mandato y sostenida por sectores republicanos, ha generado un efecto dominó.
“Ese 25 por ciento se paga sobre lo que no esté hecho en EE. UU., y eso genera una distorsión para las armadoras con plantas en México”, advirtió Alberto Bustamante, director general de la Asociación Nacional de Proveedores de la Industria Automotriz (Anapsa).
Si bien México consiguió una prórroga de 90 días para la imposición de nuevos aranceles en rubros como el acero, aluminio, cobre y vehículos, la amenaza continúa latente. La incertidumbre sobre las renegociaciones del T-MEC hacia 2026 mantiene en pausa nuevas inversiones del sector, lo que se traduce en un menor dinamismo.
Ford y GM, entre las más afectadas
Las cifras específicas muestran que General Motors vendió en julio 15 mil 919 unidades, una baja de 6.8 por ciento frente a 2024. En el acumulado del año, su volumen cayó 5.4 por ciento. Ford, por su parte, vendió 4 mil 628 unidades el mes pasado, un descenso de 6.3 por ciento, y acumula una caída anual de 0.9 por ciento.
Stellantis fue la excepción, al reportar un crecimiento mensual de 4.5 por ciento, aunque aún carga con una contracción acumulada de 7.9 por ciento en lo que va del año. Las tres armadoras han reportado pérdidas millonarias relacionadas con el incremento de costos por aranceles y prevén un tercer trimestre difícil.
“El entorno actual no favorece al consumo de autos nuevos. La incertidumbre se mantiene, y es probable que hacia 2026 la situación se complique aún más con la renegociación del tratado comercial”, advirtió Rosales.
Nissan lidera, pero el mercado se congela
Pese al entorno adverso, Nissan se mantiene como líder en participación de mercado con un 18.2 por ciento, seguida por General Motors con 13.3 por ciento y Volkswagen con 11.3 por ciento. Sin embargo, las ventas internas no son suficientes para compensar la falta de claridad en el panorama exportador.
Expertos coinciden en que el sector requiere señales firmes por parte del gobierno federal para apuntalar su competitividad. “Es urgente implementar estímulos fiscales, reestructurar incentivos para armadoras y proteger el ecosistema de proveedores. De lo contrario, México perderá atractivo frente a países como Brasil o Vietnam”.
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