Los precios internacionales del petróleo repuntaron este lunes cerca de 2%, impulsados por el aumento de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela y por nuevos riesgos geopolíticos que afectan directamente la oferta global. El repunte llega en un momento de alta volatilidad en los mercados energéticos, justo cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) decidieron mantener sin cambios los niveles de producción para el primer trimestre de 2026. La combinación de amenazas militares, interrupciones logísticas y señales diplomáticas contradictorias volvió a encender las alertas en los mercados.
Mercados reaccionan a un escenario global más frágil
Este lunes, los futuros del crudo Brent subían 1.26 dólares —equivalente a 2.02%— para ubicarse en 63.64 dólares por barril. El West Texas Intermediate (WTI) avanzaba 1.27 dólares, o 2.17%, y se colocaba en 59.82 dólares por barril. El repunte frenó una racha negativa que se arrastraba desde hace cuatro meses, marcada por temores de sobreoferta y señales de desaceleración económica.
Además del contexto político en América Latina, otro factor detonó la inquietud del mercado. El Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC), responsable del transporte de alrededor del 1% del petróleo mundial, confirmó la suspensión temporal de exportaciones tras un ataque con drones ucranianos contra un punto de amarre en una terminal rusa del mar Negro. Aunque Chevron —accionista del consorcio— indicó que algunas cargas continuaban en el puerto de Novorosíisk, la interrupción parcial añadió más presión a los precios.
El mercado energético venía de una tendencia bajista que había castigado las cotizaciones del Brent y el WTI. Sin embargo, los eventos del fin de semana cambiaron el panorama. La OPEP+ había apostado por una pausa en los ajustes de producción a principios de noviembre para recuperar cuota de mercado. Ahora, la preocupación por nuevos riesgos geopolíticos opaca ese intento por estabilizar precios.
Trump endurece discurso sobre Venezuela y genera incertidumbre energética
El sábado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encendió la alarma al advertir que “el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela” debe considerarse cerrado. Sus declaraciones aumentaron el nerviosismo, ya que Venezuela sigue siendo un actor relevante en el mercado energético y cualquier contingencia militar podría reducir aún más el suministro disponible.
Un día después, Trump señaló que sostuvo una conversación con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aunque evitó ofrecer detalles y no aclaró si su advertencia implicaba una posible acción militar. El silencio solo alimentó especulaciones en los mercados.
Analistas de ING señalaron en un reporte que “los riesgos de suministro aumentan tras nuevos ataques ucranianos contra infraestructura energética rusa y una escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela”, lo que coincide con la reacción inmediata del mercado petrolero.
En Europa, la creciente duda sobre un posible acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania también contribuyó al alza. Hace dos semanas, parecía haber avances que anticipaban un incremento de crudo ruso circulando en el mercado. Sin embargo, el nuevo ambiente bélico revirtió ese optimismo.
Incertidumbre domina el cierre del año energético
Los movimientos recientes confirman que la estabilización del mercado petrolero sigue distante. Las tensiones militares, la fragilidad de acuerdos diplomáticos y las interrupciones logísticas se convirtieron en factores dominantes para la oferta global. A medida que avanza diciembre, los analistas prevén más episodios de volatilidad, especialmente si persisten los choques geopolíticos que involucran a productores clave.
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