China enfrenta el mayor brote de chikungunya registrado en su historia, con más de 8,000 casos confirmados, principalmente en Foshan, Guangdong, a 170 km de Hong Kong. La epidemia, que comenzó el 9 de julio tras un caso importado, ha llevado a las autoridades a implementar medidas drásticas, comparadas con las usadas contra el SARS (2003) y el COVID-19, incluyendo fumigaciones masivas, drones para detectar criaderos de mosquitos y multas de hasta 10,000 yuanes (1,400 USD) por agua estancada.
El virus, transmitido por mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, causa fiebre, dolores articulares intensos, erupciones, dolores musculares y fatiga, con síntomas que pueden durar meses, aunque rara vez es mortal. De los 8,000 casos hasta el 6 de agosto, el 87.2% (4,208) se concentra en el distrito de Shunde, Foshan, con un pico de 681 casos el 19 de julio. La mediana de edad de los afectados es 44 años, y el 66.9% son adultos de 15-64 años, según China CDC. No se reportan muertes, y todos los casos son leves.
Medidas de control
Foshan ha designado 53 hospitales con 7,220 camas aisladas con mosquiteros, y los pacientes deben permanecer hospitalizados una semana o hasta dar negativo en pruebas de ácido nucleico. Desde el 20 de julio, se han reportado 2,892 nuevos casos, pero la cifra disminuye lentamente, según Kang Min del Guangdong CDC. Las autoridades han liberado 5,000 peces comedores de larvas en lagos y “mosquitos elefante” que atacan a los transmisores, además de fumigar calles y residencias. Las pruebas de detección gratuita y la vigilancia activa, con siete rondas diarias de testeo, han reducido la densidad de mosquitos en el 78% de las comunidades afectadas.
César López-Camacho, de la Universidad de Oxford, señaló que la falta de inmunidad previa facilitó la propagación, un fenómeno nuevo en China continental, donde los brotes previos (2010-2019) fueron menores. El cambio climático y las lluvias intensas han creado condiciones ideales para los mosquitos, según The New York Times. En X, usuarios como @whyyoutouzhele reportaron experiencias de aislamiento, mientras @bbcchinese destacó la campaña de erradicación de mosquitos. Sin embargo, las medidas, como el registro obligatorio de medicamentos para fiebre, han generado críticas por invasión a la privacidad.
Impacto regional y global
El brote, que se extendió a 12 ciudades de Guangdong y a Hong Kong (un caso importado), llevó al CDC de EE.UU. a emitir una alerta de viaje de nivel 2, recomendando precauciones. La OMS reporta 240,000 casos globales en 2025, con Brasil liderando (201,000 casos). China, en comunicación con la OMS, insiste en que el riesgo para viajeros es bajo, según Global Times. La viceprimera ministra Liu Guozhong ha ordenado prevenir la transmisión transregional, priorizando cuarentenas en puertos.
Aunque el brote está bajo control, con una disminución de casos desde finales de julio, las medidas estrictas, como hospitalizaciones forzadas, evocan críticas por su similitud con las tácticas de COVID-19. La combinación de tecnología (drones), soluciones biológicas (peces y mosquitos depredadores) y sanciones refleja el enfoque chino de “tolerancia cero” a las epidemias, pero plantea preguntas sobre el equilibrio entre salud pública y libertades individuales.
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