El gobierno de Estados Unidos duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien acusan de colaborar con organizaciones criminales internacionales, incluido el Cártel de Sinaloa.
La fiscal general estadounidense, Pam Bondi, declaró este jueves que Maduro “es uno de los narcotraficantes más importantes del mundo y una amenaza directa para nuestra seguridad nacional”. En conferencia de prensa, aseguró que el líder venezolano mantiene vínculos activos con grupos criminales como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, lo que motivó el endurecimiento de las medidas judiciales en su contra.
Relación con cárteles y decomisos millonarios
Bondi detalló que el Departamento de Justicia ha confiscado más de 700 millones de dólares vinculados a Maduro y su red. Entre los bienes incautados destacan dos aviones privados, nueve vehículos y propiedades diversas, que presuntamente fueron adquiridas mediante actividades ilegales relacionadas con el narcotráfico y la corrupción.
“Gracias al liderazgo del presidente Trump, Maduro no escapará de la justicia y será responsable por sus crímenes desesperados”, afirmó la fiscal. La nueva recompensa fue anunciada oficialmente por el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia, acompañada por una campaña pública en redes sociales para incentivar la colaboración ciudadana.
La cifra anterior ofrecida por Washington era de 25 millones de dólares, monto vigente desde 2020 cuando Maduro fue acusado formalmente por narcoterrorismo ante una corte federal en Nueva York. El nuevo ajuste, que la eleva al doble, representa uno de los mayores ofrecimientos en la historia de Estados Unidos para capturar a un jefe de Estado.
Maduro responde con silencio; Venezuela acusa montaje
Hasta el cierre de esta edición, Nicolás Maduro no ha emitido declaración alguna sobre la nueva recompensa ni sobre los señalamientos directos realizados por Pam Bondi. Sin embargo, voceros del régimen venezolano calificaron la medida como “una acción de propaganda electoral” impulsada por el entorno de Donald Trump, en medio del proceso electoral estadounidense.
“El imperialismo vuelve a instrumentalizar la justicia con fines políticos. Esta supuesta investigación carece de pruebas sólidas y solo busca desestabilizar la región”, aseguró el canciller Yván Gil en un comunicado oficial difundido por la cancillería venezolana.
Venezuela ha rechazado sistemáticamente las acusaciones de narcotráfico contra su presidente, calificándolas como parte de una guerra híbrida que combina sanciones económicas, bloqueos diplomáticos y desinformación.
Tensión renovada en la región
El señalamiento de vínculos entre Maduro y el Cártel de Sinaloa —una de las organizaciones criminales más poderosas de México y del mundo— reaviva las tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas. Además, coloca un nuevo foco sobre la creciente presencia del Tren de Aragua, un grupo venezolano con operaciones ya documentadas en al menos seis países de América Latina.
Para Estados Unidos, la conexión entre redes del narcotráfico latinoamericano y altos funcionarios del régimen venezolano justifica una política más agresiva. El endurecimiento de la recompensa no solo busca capturar a Maduro, sino también presionar a otros actores de su círculo cercano.
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