Durante años, el ejército de Corea del Norte ha sido un pilar clave para mantener el control interno del líder Kim Jong-un y actuar como una barrera contra su vecino y enemigo, Corea del Sur. Con 1.3 millones de miembros, el ejército norcoreano se posiciona como una de las fuerzas armadas convencionales más grandes del mundo. Sin embargo, en un movimiento sin precedentes, más de 11,000 soldados norcoreanos han sido desplegados para luchar junto a las fuerzas rusas en Ucrania, marcando la primera intervención significativa de Corea del Norte en un conflicto internacional.
Fuerzas especiales en un terreno desconocido
Los soldados enviados pertenecen a la unidad de élite «Tormenta», conocida por su entrenamiento en francotiradores, infiltración y combate urbano. Sin embargo, enfrentan grandes desventajas en el terreno abierto y llano del conflicto Rusia-Ucrania, donde los ataques con drones y las tácticas de guerra moderna los han dejado mal preparados. Según el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur, en los primeros combates, más de 100 soldados norcoreanos murieron y 1,000 resultaron heridos, lo que expone las debilidades de su formación.
Limitaciones logísticas y lingüísticas
El despliegue fue tan apresurado que muchos soldados norcoreanos llegaron al frente sin un entrenamiento adecuado y con apenas un conocimiento básico del idioma ruso, aprendiendo frases como «abrir fuego» y «en posición». Esto ha generado problemas de comunicación en el campo de batalla, lo que dificulta su integración en las fuerzas rusas.
Kim Jong-un: Un líder de hierro
Kim Jong-un ha consolidado su poder a través de un régimen totalitario descrito como un «reino del terror». Desde su llegada al poder en 2011, Kim ha ejecutado o marginado a altos mandos militares para mantener un control absoluto. En el contexto del conflicto en Ucrania, dos figuras clave, el general Kim Yong-bok y el general Ri Chang-ho, han emergido como líderes destacados en el despliegue militar, lo que resalta su influencia en las operaciones externas del país.
Motivaciones económicas y sociales
El despliegue de soldados norcoreanos en Ucrania también tiene implicaciones económicas y sociales. Se estima que Rusia podría pagar hasta 2,000 dólares mensuales por soldado, una suma significativa para los estándares norcoreanos, aunque la mayor parte se quede en manos del régimen. Además, el gobierno de Kim ha ofrecido incentivos como una rápida incorporación al Partido de los Trabajadores, lo que representa un estatus social codiciado en Corea del Norte.
Sacrificio y control totalitario
A pesar de las altas bajas entre las tropas norcoreanas, los desertores aseguran que el régimen de Kim mantendrá un control total sobre la narrativa en el país, considerando estas pérdidas como un «costo inevitable» para ganar experiencia en la guerra moderna. Según los analistas, este despliegue no solo busca apoyo económico de Rusia, sino también fortalecer las capacidades militares de Corea del Norte en caso de un enfrentamiento con las fuerzas estadounidenses en la península coreana.
Consecuencias geopolíticas
La participación de soldados norcoreanos en el conflicto de Ucrania marca un punto de inflexión en la estrategia geopolítica de Kim Jong-un, reforzando su alianza con Rusia y desafiando las normas internacionales. Mientras tanto, Estados Unidos y sus aliados han impuesto sanciones a los altos mandos implicados, incluido el general Kim Yong-bok y el general Ri Chang-ho, en un intento por frenar las ambiciones militares y diplomáticas del régimen norcoreano.
También te puede interesar: Claudia Sheinbaum defiende la soberanía panameña sobre el Canal de Panamá




