Ghislaine Maxwell quiere frenar la filtración de uno de los documentos más comprometedores del caso Epstein: las transcripciones del gran jurado que investigó la red de pederastia que por años operó con impunidad en EE. UU. A través de sus abogados, la británica acusó a la Fiscalía de intentar revivir el escándalo para sacrificarla nuevamente como el único rostro del caso.
Ghislaine Maxwell, quien cumple una condena de 20 años por facilitar menores de edad a su expareja Jeffrey Epstein para ser abusadas sexualmente, pidió a un juez federal en Nueva York que no revele las transcripciones secretas del gran jurado involucrado en la investigación penal del caso.
Según la defensa, la publicación de estos documentos violaría sus derechos procesales, alimentaría el morbo social y la expondría a una nueva persecución pública sin fundamentos legales.
En el escrito de nueve páginas presentado ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, los abogados David O. Markus y Melissa Madrigal argumentaron: “Epstein ha muerto. Ghislaine Maxwell no”.
“Cualquier interés que el público pueda tener en Epstein no puede justificar una intrusión amplia en el secreto del gran jurado en un caso en el que la acusada está viva, sus opciones legales son viables y sus derechos al debido proceso permanecen”, advirtieron los litigantes.
Fiscalía la volvió “chivo expiatorio” tras muerte de Epstein
Los abogados alegan que, desde la muerte de Epstein en prisión en 2019 —calificada oficialmente como suicidio—, el Departamento de Justicia (DOJ) transformó a Maxwell “en el rostro de sus crímenes”, trasladando toda la carga pública del caso a su figura. “Se convirtió en el chivo expiatorio y la única persona a la que el gobierno llevó a juicio”, señala el documento judicial.
La moción fue presentada justo antes del vencimiento del plazo para responder a la solicitud del DOJ, que pidió hacer públicas las transcripciones del gran jurado con base en el “interés histórico” del caso.
El gobierno de EE. UU. alega que los documentos pueden aclarar la magnitud de los abusos y responder a la presión social por conocer a fondo la operación criminal.
«Interés histórico» no puede anular las garantías procesales
La defensa respondió que dicho “interés histórico” no puede anular las garantías procesales de Maxwell, quien aún tiene recursos legales pendientes. Aseguran que la revelación podría afectar futuras apelaciones, violar su privacidad y agravar el estigma que arrastra desde 2020.
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, controlado por el Partido Republicano, también reactivó su propia investigación paralela, citando a declarar a figuras de alto perfil como el expresidente Bill Clinton, Hillary Clinton, seis exfiscales generales y dos exdirectores del FBI. A la fecha, ninguno ha sido acusado formalmente.
El Departamento de Justicia insiste en que no existe ninguna “lista de clientes” como tal, pese a las teorías conspirativas que han circulado durante años y que involucran a empresarios, científicos, diplomáticos y miembros de la realeza.
Maxwell fue condenada en 2022 tras un mediático juicio que reveló cómo reclutaba niñas para Epstein, quien las violaba en sus mansiones de Nueva York, Palm Beach y su isla privada en el Caribe. A pesar de su condena, aún quedan decenas de interrogantes abiertos sobre el funcionamiento de la red y el encubrimiento institucional.
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