El Gabinete de Seguridad de Israel aprobó este jueves la propuesta del primer ministro Benjamín Netanyahu para que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tomen el control de la Ciudad de Gaza, intensificando así una de las decisiones más polémicas desde el inicio del conflicto en octubre de 2023. La medida se dio a pesar del rechazo explícito de la cúpula militar israelí y de las advertencias internacionales sobre las consecuencias humanitarias de una ocupación total del enclave palestino.
En un comunicado oficial, la oficina de Netanyahu confirmó que las FDI “se prepararán para la toma de la Ciudad de Gaza, garantizando al mismo tiempo el suministro de ayuda humanitaria a la población civil fuera de las zonas de combate”. El anuncio llega en uno de los momentos más tensos del prolongado conflicto en la Franja.
Un plan con cinco pilares… y mucha resistencia
Además del despliegue militar, el Gabinete adoptó cinco ejes estratégicos con los que busca “poner fin a la guerra”:
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El desarme completo de Hamás.
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La recuperación de todos los rehenes, vivos o muertos.
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La desmilitarización total de la Franja.
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El establecimiento del control de seguridad israelí sobre el territorio.
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La imposición de una nueva administración civil, distinta a Hamás y también a la Autoridad Palestina.
Estos puntos suponen un quiebre definitivo con los marcos de negociación anteriores y contradicen el consenso internacional que aboga por una solución de dos Estados. La iniciativa también generó fisuras al interior del aparato de seguridad israelí.
El Ejército se opone: “No es lo mejor para Israel”
Horas antes del anuncio, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Eyal Zamir, expresó abiertamente su desacuerdo con la ocupación de Gaza. En una reunión con altos mandos, Zamir reafirmó que la cúpula militar actuará con autonomía y sentido crítico: “Seguiremos expresando nuestra postura sin temor y de forma profesional”, dijo. Subrayó que las decisiones en materia de seguridad deben priorizar el bien del Estado, incluso si contradicen al poder político.
“El desacuerdo no es debilidad. Es parte esencial de nuestra tradición y de nuestra estructura institucional. Estas no son teorías: son cuestiones de vida o muerte para Israel”, declaró Zamir, en lo que se interpreta como un desafío directo a Netanyahu.
Netanyahu: “No queremos quedárnosla, pero sí controlarla”
En entrevista con Fox News, el primer ministro confirmó que su intención es controlar la Franja de Gaza tras la guerra, aunque dijo que no busca anexarla ni administrarla directamente. “Queremos un perímetro de seguridad. No queremos gobernarla. Queremos entregarla a fuerzas árabes que la administren”, señaló, sin especificar quién asumiría esa responsabilidad ni bajo qué condiciones.
Sus declaraciones generaron reacciones encontradas tanto dentro como fuera de Israel. Mientras sectores de la coalición gobernante apoyan la medida, la oposición la considera imprudente y potencialmente desastrosa. A nivel internacional, la propuesta fue recibida con preocupación por gobiernos árabes y organismos multilaterales, que advirtieron sobre el riesgo de agravar la ya crítica situación humanitaria.
El costo humano sigue aumentando
Mientras se formalizaban los planes de ocupación, los ataques continuaron sobre el enclave. Solo en las últimas horas, al menos 62 palestinos fueron asesinados en distintos puntos de Gaza, incluyendo 36 personas que hacían fila para recibir ayuda alimentaria, según reportes médicos locales.
Las imágenes de funerales, madres llorando junto a los cuerpos de sus hijos y hospitales colapsados contrastan con el discurso oficial israelí sobre «zonas de combate delimitadas». Según organizaciones humanitarias, el desplazamiento masivo y la falta de acceso a servicios básicos han llevado a Gaza a un punto de colapso sin precedentes.
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