Donald Trump intenta frenar la divulgación de una imagen que podría comprometerlo públicamente. Se trata de un dibujo que representa a una mujer desnuda, enviado por el expresidente al magnate Jeffrey Epstein y ahora incluido en un expediente judicial. Tras su publicación parcial en el expediente civil por trata de personas, Trump ha exigido a la Corte que elimine el material alegando que no es relevante para el caso.
La solicitud forma parte de una moción presentada por sus abogados en una corte federal de Manhattan, donde Trump busca mantener fuera del escrutinio público ciertas evidencias que considera «irrelevantes y escandalosas». Sin embargo, el contexto en el que surgió el dibujo y el hecho de que fuera enviado a Epstein lo convierte en un elemento potencialmente significativo en las investigaciones sobre la red de abuso sexual ligada al magnate fallecido.
La imagen fue descubierta entre miles de documentos que pertenecieron a Epstein y que han sido progresivamente desclasificados. Aunque no se ha confirmado oficialmente si el dibujo fue hecho por Trump o simplemente firmado por él, los fiscales aseguran que hay evidencia suficiente para establecer un vínculo directo entre el expresidente y el material.
El documento donde aparece el dibujo fue liberado recientemente en un anexo del caso civil en el que víctimas de Epstein demandan a varias figuras públicas. Según el equipo legal de Trump, esa imagen no tiene relación directa con los cargos ni con las supuestas conductas denunciadas. Sin embargo, el juez a cargo del caso no ha emitido una decisión definitiva sobre si se mantendrá o eliminará del expediente.
Presión, escándalo y contradicciones
Esta no es la primera vez que Trump intenta bloquear documentos relacionados con Epstein. A lo largo de los últimos cinco años, el expresidente ha desestimado reiteradamente cualquier vínculo con el magnate, pese a que existen registros fotográficos, agendas de vuelo y testimonios que evidencian una relación prolongada.
Incluso, en entrevistas pasadas, Trump admitió que «Epstein era un tipo divertido» y que ambos compartían «ciertos gustos en mujeres, especialmente las jóvenes».
Los intentos por censurar este tipo de información han generado críticas desde diversos sectores que exigen transparencia en el caso Epstein. Grupos de defensa de víctimas y organizaciones por los derechos humanos señalan que este tipo de material, por más incómodo que resulte, puede ser crucial para reconstruir los patrones de encubrimiento que permitieron el funcionamiento de la red de explotación sexual por décadas.
La existencia de una prueba gráfica enviada por Trump podría reforzar los argumentos de las demandantes sobre cómo figuras de poder contribuyeron, directa o indirectamente, al esquema de abuso. Aún si no se demuestra un delito directo en ese gesto, el simbolismo del acto adquiere peso político y judicial.
Por ahora, el documento sigue siendo accesible al público, aunque Trump ha amenazado con presentar demandas por difamación si medios de comunicación reproducen la imagen o afirman que fue él quien la dibujó. A través de su portavoz, el expresidente denunció que se trata de «otro intento de interferencia electoral y destrucción mediática».
La imagen fue incautada por el FBI en una redada en la propiedad de Epstein
La imagen en cuestión fue localizada entre documentos incautados durante una redada realizada por el FBI en una de las propiedades de Epstein en Palm Beach. El archivo, catalogado como parte del “material personal e ilustrado”, estaba resguardado en una caja fuerte junto a fotografías y otras pertenencias privadas. Según fuentes judiciales, la ilustración muestra una figura femenina en pose erótica, acompañada por una dedicatoria firmada “con afecto, D.T.”.
La defensa de Trump sostiene que dicha dedicatoria podría haber sido falsificada, y ha solicitado un peritaje caligráfico independiente. No obstante, las demandantes señalan que esta objeción forma parte de una estrategia legal para retrasar la inclusión definitiva del material en el expediente judicial. Además, argumentan que el contenido refuerza una narrativa de permisividad y complicidad entre poderosos, en detrimento de las víctimas.
Mientras tanto, organizaciones de prensa han manifestado su preocupación por las presiones del expresidente hacia medios que han solicitado acceso completo al documento original. La Asociación de Reporteros Judiciales de Nueva York calificó como “grave intento de censura previa” la solicitud de Trump para suprimir una prueba que ya se encuentra en registros públicos.
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