La sesión del Congreso de la Ciudad de México en la que se discutió la reforma al órgano de transparencia local terminó envuelta en confrontaciones físicas, acusaciones cruzadas y una escena que rápidamente se viralizó en redes sociales: la diputada priista Tania Larios subiéndose a una silla y brincando hacia el balcón donde se ubica la cabina de audio del recinto. Tras los hechos, la legisladora denunció presunta persecución, amenazas y una campaña de desinformación en su contra, señalando directamente a Morena como responsable de un ambiente de intimidación dentro del pleno. El episodio se dio en medio de una discusión altamente polarizada sobre el futuro del INFO CDMX.
Los hechos ocurrieron cuando diputadas y diputados de oposición tomaron la tribuna para frenar la votación del dictamen que modifica la estructura del órgano de transparencia de la capital. La oposición argumentó que la reforma implicaba la desaparición de un organismo autónomo clave para la rendición de cuentas. Sin embargo, el debate se desbordó rápidamente y derivó en empujones, jaloneos y forcejeos entre legisladores de distintas bancadas, lo que rompió el orden parlamentario.
Durante la trifulca, circularon imágenes en redes sociales que muestran a Tania Larios de pie sobre una silla y posteriormente saltando hacia el balcón donde se controla el sistema de audio del Congreso capitalino. Las grabaciones generaron una ola de señalamientos en su contra, acusándola de sabotear la sesión legislativa, versión que la diputada rechazó de forma categórica.
Acusaciones de intimidación y protesta por el INFO CDMX
A través de mensajes publicados en su cuenta de X, la legisladora del PRI afirmó que durante la jornada se registraron actos de intimidación y provocación al interior del recinto legislativo. En uno de sus mensajes más difundidos, sostuvo que Morena permitió el ingreso de personas externas al Congreso con la intención de generar presión y desorden durante la sesión.
“Morena mandó un bloque negro al Congreso de la CDMX para intimidar y provocar… Y ahora tienen el descaro de decir en tribuna que era el PRI”, escribió Larios, quien exigió que se investigue quién autorizó el acceso de personas ajenas al Poder Legislativo. Para la diputada, estos hechos forman parte de una estrategia para desacreditar a la oposición y desactivar la protesta.
Posteriormente, Larios explicó que la toma de la tribuna y las acciones realizadas tenían como objetivo impedir la aprobación de una reforma que, desde su perspectiva, elimina un contrapeso institucional. “Hoy alzamos la voz y tomamos la tribuna del Congreso de la CDMX en una protesta legítima y necesaria para evitar que Morena destruya al INFO CDMX”, publicó en redes sociales.
La versión sobre la cabina de audio y denuncia de persecución
Ante las acusaciones de haber dañado el equipo del Congreso, la diputada priista difundió un mensaje acompañado de una imagen en la que aparece con personal de la cabina de audio. En su explicación, aseguró que su intervención se limitó a desconectar y apagar la consola para impedir que la sesión continuara en medio del conflicto.
“Tomé la cabina de audio para evitar que continuara la sesión desconectando los cables de la consola. Que Morena no mienta, jamás corté ni dañé el equipo de audio, lo desconecté y lo apagué”, señaló. En el mismo mensaje, retó a quienes la señalan a presentar pruebas y videos que sustenten las acusaciones.
Larios afirmó que, tras los acontecimientos, ella y otros integrantes de la oposición han sido objeto de persecución política, amenazas y señalamientos públicos. “Hoy están persiguiéndonos, amenazando y mintiendo”, sostuvo, al reiterar que su bancada exigirá que se esclarezcan los hechos ocurridos durante la sesión.
Dictamen aprobado sin la oposición
Luego de la confrontación, legisladores de Morena retomaron la sesión sin la presencia de las bancadas opositoras, que abandonaron el recinto al considerar que no existían condiciones para continuar el debate. El dictamen que reforma al INFO CDMX fue aprobado con 45 votos a favor, sin discusión en tribuna.
La aprobación del dictamen en estas condiciones profundizó la confrontación política en la capital del país. Mientras Morena defendió la legalidad del procedimiento, la oposición acusó imposición y uso de la fuerza parlamentaria para sacar adelante la reforma. El episodio evidenció el nivel de polarización en el Congreso de la Ciudad de México y reabrió el debate sobre el futuro de los órganos autónomos y la transparencia.
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