El gobierno de la Ciudad de México definió tres espacios específicos para el consumo lúdico de marihuana, conocidos como “zonas de tolerancia 4:20”. Esta iniciativa busca establecer un marco regulatorio que permita el consumo responsable en lugares delimitados, con la finalidad de prevenir desórdenes, delitos y molestias a la población.
La jefa de Gobierno, Clara Brugada, señaló que esta medida surge tras el retiro de dos campamentos para consumo de cannabis instalados en puntos muy transitados, como las inmediaciones del Metro Hidalgo y avenida Juárez. La decisión respondió a denuncias ciudadanas sobre la venta y consumo de marihuana y otras sustancias en dichos lugares, lo que generaba molestias y riesgo para la seguridad pública.
“El objetivo es que no se generen en estos espacios otro tipo de delitos; es decir, garantizar espacios que cumplan con reglas y que no se conviertan en un problema”, explicó Brugada en conferencia de prensa.
El secretario de Gobierno, César Cravioto Romero, informó que se firmaron convenios con tres grupos para asegurar que en estas zonas no haya venta ni intercambio de cannabis, se prohíba el consumo de otras sustancias y se respete la convivencia con los transeúntes.
Los espacios definidos son Belisario Domínguez con Eje Central y Circuito Interior con Paseo de la Reforma. Mientras tanto, el punto ubicado afuera del Senado de la República funcionará únicamente como un espacio informativo, sin permitir consumo.
Antecedentes y razones detrás de las zonas de tolerancia
La creación de estas zonas responde a un contexto más amplio en el que se intenta conciliar el reconocimiento legal del consumo personal de cannabis con la necesidad de mantener el orden en espacios públicos. En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido precedentes para la despenalización del consumo personal, pero aún queda en manos de los gobiernos locales la regulación de dónde y cómo se puede realizar este consumo.
El gobierno capitalino ha optado por delimitar áreas específicas con el fin de evitar que el consumo se concentre en lugares de alta afluencia, donde puede derivar en conflictos vecinales, disturbios o la comisión de otros delitos. De esta manera, se busca proteger a la ciudadanía en general, sin criminalizar a quienes consumen marihuana de manera responsable y conforme a la ley.
Por otra parte, la medida busca evitar que las zonas públicas se conviertan en puntos de venta o intercambio ilegal de drogas, problema que ha sido señalado como motivo de quejas ciudadanas. La reglamentación estricta y la vigilancia permanente buscan equilibrar derechos individuales con la seguridad colectiva.
Supervisión será designada por la Secretaría de Gobierno
Para garantizar que se cumplan las normas, cada zona contará con la supervisión de personal designado por la Secretaría de Gobierno. Estos encargados verificarán aspectos como el tiempo máximo de estancia, el número de personas permitidas, la prohibición del consumo de sustancias distintas al cannabis y la cantidad limitada de marihuana en posesión.
Además, se establecerán protocolos para evitar molestias a terceros, como la contaminación visual o auditiva y la invasión de espacios comunes. Así, se pretende que estas zonas de tolerancia se conviertan en espacios seguros, ordenados y respetuosos tanto para consumidores como para la ciudadanía en general.
La regulación implementada en CDMX se alinea con tendencias internacionales donde algunas ciudades han creado zonas delimitadas para el consumo de marihuana con objetivos similares. La experiencia en otros países sugiere que este tipo de políticas puede ayudar a controlar el consumo público, prevenir delitos relacionados y mejorar la convivencia social.
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