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    Quintana Roo impulsa el aprovechamiento sustentable del chicle natural

    El gobierno de Quintana Roo, encabezado por la gobernadora Mara Lezama, en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), ha iniciado acciones para promover el aprovechamiento sustentable del chicle natural en el sur del estado.

    Qué es el chicle y cómo se produce

    El chicle es una resina natural extraída del árbol del chicozapote (Manilkara zapota), una especie nativa de las selvas tropicales de América Central y el sur de México. Esta goma es la materia prima que históricamente se utilizó para fabricar gomas de máscara, antes de que los sustitutos sintéticos dominen el mercado. El proceso de extracción del chicle es completamente artesanal y sostenible: los chicleros realizan incisiones en la corteza del árbol, recolectan la resina que gotea y posteriormente la hierven para obtener una masa que se puede trabajar y procesar.

    Quintana Roo, junto con Campeche, es una de las pocas regiones en el mundo que aún producen chicle natural, gracias a la abundancia de árboles de chicozapote en sus selvas y a la riqueza cultural de las comunidades que mantienen viva esta tradición. La extracción del chicle no solo genera ingresos para cientos de familias locales, sino que también promueve la conservación de los bosques, ya que los árboles no son dañados de forma permanente durante el proceso.

    Simplificación de trámites para productores

    Durante una reunión entre la gobernadora Mara Lezama y la titular de la SEMARNAT, Alicia Bárcena Ibarra, se presentó un modelo que simplifica los permisos necesarios para que los productores puedan operar con mayor facilidad. Esta medida beneficia directamente a más de 700 familias dedicadas a la actividad chiclera, en su mayoría ejidatarios y miembros de cooperativas locales. Al eliminar barreras burocráticas, el programa también busca incentivar la producción sostenible y generar oportunidades económicas en las comunidades rurales.

    Reconocimiento internacional al chicle maya

    En 2024, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) otorgó a Quintana Roo y Campeche la Indicación Geográfica de Protección (IGP) para el chicle maya, reconociendo su origen y calidad única. Este logro resalta la importancia de la producción chiclera para las economías locales y su papel en la preservación de las tradiciones culturales de la región.

    Historia y relevancia del consorcio chiclero

    Desde 1998, la Unión de Productores de Chicle Natural ha trabajado en fortalecer la industria del chicle en México. Posteriormente, en 2005, se creó el Consorcio Chiclero, que agrupa a más de 1.200 productores organizados en 43 cooperativas. Este esfuerzo ha permitido revitalizar una industria que estuvo en riesgo de desaparecer con la llegada de sustitutos sintéticos, posicionando al chicle natural como un producto orgánico y sostenible, apreciado tanto en el mercado nacional como internacional.

    Compromiso con la sostenibilidad

    El gobierno de Quintana Roo ha enfatizado su compromiso con la sostenibilidad y la diversificación económica de las selvas. El aprovechamiento del chicle natural no solo contribuye a la generación de ingresos para las comunidades, sino que también fomenta la reforestación y la preservación de la biodiversidad. Este enfoque integral combina la protección ambiental con el desarrollo económico, asegurando un futuro más sostenible para la región.

    Importancia del chicle en la cultura maya

    El chicozapote, conocido como “el árbol del chicle”, tiene un profundo significado cultural en la civilización maya. Durante siglos, sus habitantes han utilizado esta resina para fines medicinales, rituales y comerciales. La extracción y el procesamiento del chicle son un legado que ha pasado de generación en generación, representando un vínculo entre el pasado y el presente de las comunidades mayas de la región.

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