La reapertura del segundo carril del bulevar Kukulcán, a la altura del kilómetro 12 de la zona hotelera de Cancún, marca un alivio tangible para miles de automovilistas que durante meses enfrentaron congestionamientos severos en uno de los puntos más transitados de la ciudad. La circulación quedó restablecida durante la madrugada del 19 de diciembre, luego de que concluyeran las obras vinculadas a la construcción del Puente Nichupté, infraestructura considerada estratégica para la movilidad urbana y turística del destino.
El cierre prolongado del carril generó afectaciones constantes, sobre todo para quienes se desplazan diariamente hacia el Aeropuerto Internacional de Cancún. Durante buena parte del año, los tiempos de traslado se duplicaron en horas pico, con impactos directos en trabajadores del sector turístico, transporte público y servicios privados. Con la reapertura, autoridades y usuarios coinciden en que se reduce uno de los principales cuellos de botella de la zona hotelera.
La medida también llega en un momento clave. Cancún atraviesa su temporada alta de fin de año, cuando el flujo de visitantes nacionales y extranjeros se incrementa de forma considerable. La normalización del tránsito en el kilómetro 12 representa un respiro tanto para residentes como para turistas, quienes habían resentido las complicaciones viales en un corredor fundamental para la actividad económica del municipio.
Avance gradual del Puente Nichupté
La reapertura total de la circulación forma parte de la conclusión paulatina de los trabajos del Puente Nichupté, obra a cargo de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT). Este proyecto busca crear una nueva conexión entre la zona continental de Cancún y la zona hotelera, con el objetivo de diversificar accesos y reducir la dependencia del bulevar Kukulcán como única vía principal.
De acuerdo con lo informado por autoridades estatales y federales, una vez que el puente quede concluido en su totalidad, en el mismo punto del kilómetro 12 iniciarán nuevos trabajos. Se trata de un distribuidor vial con paso a desnivel que permitirá la incorporación de los vehículos que desciendan del puente hacia ambos sentidos del bulevar Kukulcán, sin generar conflictos de tránsito.
La gobernadora Mara Lezama ha señalado en declaraciones recientes que el proyecto del distribuidor vial se encuentra en su etapa final de definición. Reconoció que se trata de una obra compleja, que requiere ingeniería avanzada para integrar el Puente Nichupté a la zona hotelera sin entorpecer la circulación diaria en la principal vialidad turística de Cancún.
Diseño provisional y obras futuras
El delegado estatal de la SICT, Guido Mendiburu Solís, confirmó que el diseño actual del acceso y salida del Puente Nichupté hacia el bulevar Kukulcán contempla, por ahora, una vialidad en forma de “Y”. Este esquema permitirá la operación inicial del puente al mismo nivel del bulevar, mientras se desarrollan las obras complementarias previstas para el próximo año.
“Ahorita va a quedar la salida en forma de ‘Y’ al nivel existente. Lo que se va a hacer el siguiente año es un distribuidor vial a desnivel para que no haya algún problema en intersección o se formen filas”, explicó el funcionario. El objetivo, añadió, es garantizar un flujo continuo sin semáforos ni cruces conflictivos.
Con el distribuidor a desnivel, quienes circulen en dirección al aeropuerto podrán utilizar la parte elevada, mientras que los vehículos que desciendan del puente lo harán por debajo, incorporándose en cualquiera de los sentidos del bulevar Kukulcán. Esta configuración busca evitar embotellamientos y mejorar la seguridad vial en un punto crítico.
Última etapa de la obra
En cuanto al avance general del Puente Nichupté, la SICT informó que el entronque con el bulevar Luis Donaldo Colosio está prácticamente terminado. La zona terrestre conocida como Colegios registra un avance del 97%, al igual que el tramo que cruza el área de manglar, lo que coloca a la obra en su fase final.
Aunque la reapertura del segundo carril no implica la conclusión total del proyecto, sí representa un paso relevante hacia la normalización de la movilidad en Cancún. Especialistas en planeación urbana advierten, sin embargo, que el verdadero impacto del Puente Nichupté se medirá una vez que entren en operación tanto el puente como el distribuidor vial proyectado.
Por ahora, la reapertura en el kilómetro 12 devuelve fluidez a la zona hotelera y reduce la presión sobre una vialidad saturada. El reto será mantener la coordinación entre autoridades para que las obras restantes se ejecuten sin repetir los cierres prolongados que afectaron a residentes y visitantes durante gran parte del año.
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