Con 5.8 millones de seguidores en Instagram y más de 15 millones en TikTok, Tammy Parra podría haber convertido otra vez una tragedia en contenido viral. Pero no lo hizo. En medio del desastre por las inundaciones en Veracruz, la influencer decidió dejar las pantallas para ayudar. Su historia demuestra que la empatía también puede ser tendencia.
La tragedia que paralizó a Veracruz
Las lluvias torrenciales de octubre dejaron 55 municipios bajo el agua en Veracruz. Más de 16 mil viviendas resultaron dañadas, cinco personas perdieron la vida y miles quedaron sin techo.
Imágenes de comunidades enteras sumergidas en lodo, niños descalzos caminando entre escombros y madres esperando ayuda recorrieron las redes, mientras el apoyo oficial tardaba en llegar.
En medio del caos, Tammy Parra —una de las creadoras digitales más reconocidas de México— decidió actuar. “No podía quedarme mirando desde mi casa”, escribió en sus redes antes de viajar al estado con un grupo de voluntarios.
Su llegada coincidió con el momento más duro: las zonas rurales incomunicadas y sin asistencia gubernamental. Desde entonces, su rostro no fue el de una influencer, sino el de una joven mexicana cargando cajas, repartiendo alimentos y abrazando a familias que lo habían perdido todo.
De la colecta digital a la acción en tierra
Tammy organizó una colecta masiva a través de Instagram y TikTok. En menos de 48 horas, su comunidad reunió toneladas de víveres, ropa, medicinas y artículos de higiene. Con apoyo de seguidores y amigos, la influencer rentó camiones, coordinó puntos de acopio y viajó hasta las zonas más afectadas.
Sin embargo, lo que encontró en Veracruz fue mucho más duro de lo que imaginaba. En uno de sus videos, se le escucha decir:
“Fue muy doloroso ver que no llegamos ni a la mitad de la fila. Tuve que decirles que ya no teníamos nada más para dar.”
La escena se volvió viral, pero esta vez no por los filtros ni por el estilo de vida: mostraba el rostro real de la desigualdad y la impotencia.
Familias enteras esperaban bajo la lluvia con las manos extendidas. Algunos llevaban días sin comer, otros apenas podían sostener los sacos de ropa húmeda que habían rescatado del agua. La influencer, visiblemente afectada, decidió que su trabajo no podía quedarse ahí.
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Una campaña para reconstruir hogares
Días después, Tammy anunció una nueva iniciativa: una campaña de recaudación en GoFundMe para apoyar la reconstrucción de viviendas destruidas por las lluvias. Su objetivo ya no era entregar despensas, sino comprar materiales de construcción —bloques, láminas, cemento, SIM— y llevarlos directamente a las familias damnificadas.
“No quiero dinero ajeno, solo quiero que la ayuda llegue donde debe llegar”, afirmó en sus historias.
El equipo que la acompaña coordina la compra y entrega del material, documentando todo el proceso en redes para garantizar transparencia total. En cada publicación, los comentarios de apoyo se multiplican: “Gracias por no quedarte de brazos cruzados”, “Esto sí es usar la fama para algo bueno”, “Eres inspiración, Tammy”.
Más allá del gesto individual, su iniciativa ha despertado una cadena de solidaridad digital: usuarios de todo el país replican su ejemplo, organizan colectas locales o donan directamente desde el enlace de su perfil.
La empatía como tendencia
En un contexto donde la fama suele medirse en reproducciones, Tammy Parra está demostrando que la influencia también puede salvar vidas. Su comunidad, compuesta principalmente por jóvenes, ha convertido la palabra ayudar en una nueva forma de viralidad.
El caso ha reavivado el debate sobre el rol social de los influencers. ¿Hasta qué punto una plataforma puede ser herramienta de cambio real? Para Tammy, la respuesta parece clara: la empatía no necesita cámaras, pero sí compromiso.
En Veracruz, su trabajo continúa. Las imágenes recientes la muestran entre montones de bloques y láminas, ayudando a reconstruir techos y muros. Mientras tanto, en sus redes, el mensaje es contundente:
“Veracruz sigue de pie, gracias a quienes no se quedaron mirando.”
Un ejemplo de acción ciudadana
Mientras la burocracia se estanca, la sociedad civil mexicana vuelve a demostrar su poder. Historias como la de Tammy Parra reflejan la capacidad de movilización solidaria que surge en cada emergencia.
México ha vivido múltiples desastres naturales —desde sismos hasta huracanes—, pero también ha cultivado una cultura de empatía que trasciende fronteras digitales. En tiempos donde la información viaja más rápido que la ayuda, personas como Tammy logran que los reflectores apunten donde más se necesitan: en la realidad de las víctimas.
Datos clave
- 55 municipios afectados por las lluvias en Veracruz.
- 16,000 viviendas dañadas y 5 muertes confirmadas.
- Toneladas de ayuda recolectadas por la comunidad digital.
- Campaña GoFundMe activa para reconstrucción de hogares.
- Cientos de familias beneficiadas por la entrega directa de materiales.




