En el corazón de Playa del Carmen, sobre la Quinta Avenida, existe un pequeño santuario para los amantes del dulce: Sweetie Soft & Churros. Este local ha logrado lo que pocos establecimientos consiguen: combinar el placer absoluto de un helado artesanal con el peligroso encanto de los churros recién hechos. Desde su apertura, Sweetie ha provocado debates silenciosos entre turistas y locales: ¿es posible disfrutar sin culpa de un helado 100% natural que parece gritar “come más”?
Los helados de Sweetie no son cualquier cosa. Elaborados con fruta fresca, leche de alta calidad y sin aditivos ni colorantes artificiales, cada cucharada promete una explosión de sabor auténtico que desafía la noción de que lo “saludable” debe ser aburrido. Entre los sabores más populares destacan mango con chile, fresa natural y el inesperado pistache con chocolate, capaces de tentar incluso al más disciplinado de los golosos.
Pero si piensas que los helados son la estrella, los churros artesanales de Sweetie te harán reconsiderar cualquier idea sobre la moderación. Recién hechos, crujientes por fuera y tiernos por dentro, llegan acompañados de toppings que van desde chocolate belga hasta dulce de leche con un toque de sal. La combinación de texturas y sabores es tan intensa que los visitantes confiesan que es casi imposible comer solo uno. Algunos incluso han bautizado su visita con un término local: “el pecado dulce obligado”.
La experiencia en Sweetie no se limita a comer. El ambiente del local invita a sentarse, compartir y fotografiar cada postre. La decoración minimalista con guiños coloridos, junto con la música cuidadosamente seleccionada, crea un entorno donde el tiempo parece detenerse y el mundo exterior queda a un lado. Es el escenario perfecto para quienes buscan no solo un snack, sino un ritual de placer consciente.
Además, Sweetie se ha posicionado como un referente en innovación. Entre sus creaciones más curiosas están las “fresas de Dubái”, una mezcla de fresas con pistache, miel y otros ingredientes que parecen sacados de un laboratorio gourmet. La constante experimentación ha hecho que locales y turistas regresen una y otra vez, no solo por el sabor, sino por la sorpresa que cada visita promete.
No es solo un lugar para golosos: Sweetie también piensa en quienes buscan opciones más ligeras o veganas, manteniendo la calidad sin sacrificar sabor. Esta versatilidad le ha permitido consolidarse como un punto de encuentro en Playa del Carmen, un lugar donde el helado y el churro son más que postres: son excusas para romper la rutina y rendirse ante el placer sin remordimientos.
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