La península de Kamchatka enfrenta una doble emergencia natural tras el potente terremoto de magnitud 8.7 que sacudió el extremo oriental de Rusia el pasado martes. Horas después del sismo, el volcán Kliuchevskói, uno de los más activos del país, entró en erupción, generando una columna de ceniza de hasta ocho kilómetros de altura y provocando alertas para la aviación y comunidades cercanas.
Según el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, el sismo se registró a 150 kilómetros de profundidad, con epicentro cerca de la costa de Kamchatka. A pesar de su fuerza, no se reportaron víctimas ni daños materiales graves, aunque las autoridades mantienen monitoreo constante ante posibles réplicas. Lo que no se esperaba era que, horas más tarde, el volcán Kliuchevskói despertaría con una violenta erupción.
Advierten a rutas comerciales que atraviesan el Pacífico Norte
El Instituto de Vulcanología y Sismología de la Academia de Ciencias de Rusia informó que la actividad eruptiva comenzó alrededor del mediodía, liberando ceniza volcánica que alcanzó los ocho mil metros de altura. Las imágenes satelitales mostraron una densa nube desplazándose hacia el este, lo que motivó a la Administración de Aviación Federal de EE. UU. (FAA, por sus siglas en inglés) y a otros organismos internacionales a emitir advertencias para rutas aéreas comerciales que atraviesan el Pacífico Norte.
Kliuchevskói es uno de los volcanes más activos y altos de Eurasia, con más de 4,700 metros sobre el nivel del mar. Su actividad ha sido frecuente, pero la combinación de un fuerte terremoto seguido por una erupción levanta preocupaciones sobre un posible efecto de desencadenamiento tectónico. Expertos del Observatorio Vulcanológico de Kamchatka indicaron que, si bien no hay evidencia concluyente, este tipo de coincidencias deben investigarse con detalle.
Las autoridades rusas no han ordenado evacuaciones masivas, pero algunas aldeas cercanas fueron alertadas para permanecer en interiores y proteger sus fuentes de agua. El nivel de alerta volcánica fue elevado a rojo, el más alto en la escala internacional, lo que significa erupción en curso con emisión significativa de cenizas.
Preocupación internacional por rutas aéreas y actividad sísmica
El impacto en la aviación internacional es uno de los focos principales. Diversas aerolíneas que vuelan entre Asia y EE. UU. han modificado sus trayectos para evitar la nube volcánica. Las autoridades japonesas también vigilan el desplazamiento de ceniza, aunque hasta el momento no se reportan afectaciones en su territorio.
Desde la erupción del Eyjafjallajökull en Islandia en 2010, que paralizó el tráfico aéreo en Europa durante varios días, los protocolos ante este tipo de eventos se han vuelto más rigurosos. En esta ocasión, la altura y extensión de la nube de ceniza han sido suficientes para alterar rutas de vuelo, aunque sin causar cancelaciones masivas hasta ahora.
Por su parte, el Servicio Geológico de EE. UU. señaló que estará atento a la posibilidad de nuevas erupciones y a la actividad sísmica asociada. Aunque Kamchatka está lejos de centros urbanos importantes, la actividad volcánica en esta región puede tener repercusiones globales debido a su ubicación estratégica en rutas aéreas y a su historia eruptiva.
También te puede interesar: Cirujanos rusos sorprendidos por tsunami en plena cirugía durante el peor terremoto en 70 años




