Durante las excavaciones de salvamento arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el libramiento ferroviario Mérida-Progreso, en Yucatán, se localizó una escultura maya de piedra caliza que representa el rostro de un “señor anciano”. El hallazgo ocurrió en el ejido de Sierra Papacal, dentro de un recinto que habría servido para reuniones rituales o de liderazgo.
Escultura revela el posible uso ritual del recinto
La pieza, de unos 45 centímetros de altura, fue hallada adosada al muro norte de una estructura ovalada con doble muro de piedra caliza. El acceso, orientado hacia el poniente, sugiere que los constructores privilegiaron la entrada de la luz solar. Los arqueólogos identificaron una banca interior y un espacio reducido, lo que indica que no se trataba de una vivienda, sino de un recinto con función simbólica.
Según los especialistas, el rostro tallado con rasgos pronunciados —ojos profundos, nariz chata y labios marcados— servía como marcador de respeto a la entrada del recinto. Su ubicación detrás de la jamba norte refuerza la hipótesis de que el acceso era un punto de significado ritual.
Evidencias del periodo Preclásico y evolución del sitio
Los análisis preliminares ubican la antigüedad de la escultura entre el 2500 a.C. y el 200 d.C., correspondiente al periodo Preclásico. En la misma zona, los arqueólogos han identificado al menos 15 estructuras más, que muestran distintas etapas de construcción y ocupación a lo largo del tiempo.
Durante la excavación, se halló también una explanada de 13 metros de largo por 8 de ancho, con restos de carbón que podrían pertenecer a un antiguo fogón. Estos indicios apuntan a que el conjunto arqueológico tuvo un uso prolongado y cambiante, posiblemente vinculado a actividades de culto o de gobierno local.
INAH continúa investigaciones sobre recintos de culto antiguos
El equipo encabezado por Manuel Pérez Rivas, Susana Echeverría Castillo, Wendy Lorena Pérez Mezquita y David Alejandro Ferman Valor continuará el registro de las estructuras en el área del Tren Maya. Las investigaciones se complementarán con análisis etnográficos y comparativos con otros marcadores rituales de épocas posteriores, como los incensarios efigie del Posclásico.
El INAH informó que la escultura será trasladada al laboratorio del proyecto para su conservación y análisis detallado. Los resultados podrían aportar nueva información sobre las formas de organización comunitaria y los símbolos de autoridad en las primeras ciudades mayas.
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